Algunas veces, uno tiene la desgracia de llevarse del cine un sabor amargo que ni la coca mas dulce por mas lavada y llena de hielo que se encuentre puede sacar. Otras veces, las pequeñas sorpresas y alegrías se encuentran en aquellos por quienes no apostabamos ninguna ficha.
Penelope (Christina Ricci) es una joven aristócrata viviendo en una tierra de fantasía donde las calles centricas de Nueva York se mezclan con los barrios de Brooklyn y las mansiones inglesas. La postal de la ciudad en la que se desarolla su historia es un collage de fantasía y realidad donde las brujas y las maldiciones son tan reales como el mercado cambiario y los papparazzis.
Habiendo, pues, sucumbido a la maldición de una bruja puesta en su familia hace cientos de años, Penelope nace con orejas y nariz de cerdo; un estigma que la acompañará durante toda su vida hasta la posibilidad de encontrar alguien que la acepte por como es.
Tarea que recae sobre su madre ansiosa (Catherine O'Hara), quien esta obsesionada por darle a su hija una vida normal. Para ello finge su muerte y la encierra en su habitación; haciendole conocer pretendientes a través de un vidrio espejado.
En su primer obra para la pantalla grande, la escritora Leslie Caveny toma prestados elementos estilísticos de muchos otros artistas; en mi opinión los trazos mas grandes son de Jean Pierre Jeunet. Sobre todo en lo que representa la primer mitad de la película. La estética, inocencia y gracia con la que deciden contar la historia de Penelope son dignos de admiración; y si bien no es que nunca se hayan visto, al menos estan cuidadosamente reproducidos en las casi dos horas que dura esta historia. Excepto el final: sin arruinar nada, ya llegaremos a él.
Es refrescante observar una verdadera comedia romantica donde existe romance y existe comedia. La dulzura del personaje, expresado en gran medida a traves de los ojos de Christina Ricci da cuenta de una gran versatilidad de la actriz para papeles sencillos pero que a la vez estan llenos de sentimientos encontrados que apuntan a una audiencia de niñas y adolescentes que seguramente sabran sacarle jugo a los mensajes de ésta película.
Ricci y McAvoy tienen en pantalla una relacion totalmente creible, que inspira confianza y dulzura; si bien no se trata mas que de un cuento estilo Cenicienta, son estas relaciones proyectando calidos sentimientos al expectador las que proveeran una base solida para la película.
Tal vez el humor, la mayoría en manos de Peter Dinklage (la mayoría lo recordarán de "Muerte en un Funeral") es uno de los aspectos mas descuidados de la película; las situaciones graciosas son graciosas, pero tienen mas que ver con la forma que utilizan los actores para expresarlas que las situaciones en si, que son mas bien burdas y predecibles.
Como anticipaba anteriormente, el otro aspecto negativo de la película es el final. Ciertamente me sentí perdido por como terminaron de desenvolverse los acontecimientos en los últimos 20 minutos de la película, donde la misma ya se sentía demasiado larga. La confusión y la poca claridad en cuanto a los personajes y sus destinos toma lo que podía haber sido una culminación que la película venía planteando y la descarta en favor de la moraleja y el final feliz tradicional.
Lo más positivo de la película creo encontrarlo en como apela a la bondad de los sentimientos humanos; cuando la mayoría elije mostrar una bondad superficial y una maldad inherente, "Penelope" recuerda que "la belleza es superflua" y tambien lo es el mal, mientras que la bondad es inherente a la humanidad. Así en el cuento no existen malos ni buenos, solo seres humanos.
Un mensaje positivo de los que no suelen estar de más; y una moraleja que apunta especialmente a las chicas adolescentes. Sería una gran película si mantuviera la frescura de los primeros quince minutos.
Veredicto: Alquilable