Eso no habla mal de la película, todo lo contrario, nos ofrece un Frank Darabont que se muestra como un gran escritor, distinguido e inteligente.
La película se basa en un evento que toma por sorpresa a un pueblito del estado de Maine, donde David Drayton (Thomas Jane), un artista que pinta posters de películas reside junto a su familia, y debe irse hasta el mercado local para reemplazar una ventana que se rompió durante el temporal que precede al evento en cuestión. David y su hijo se verán atrapados dentro del mercado junto a una gama particular de personajes una vez que la misteriosa niebla alcanza la ciudad, advertidos por un ciudadano abatido por la situación acerca de que hay cosas desconocidas dentro de esa niebla.
La película expresa la sensación de impotencia y claustrofobia frente a un enemigo invisible que parece acechar más allá del descreimiento de algunos; también la acción frente la desesperación y la imposibilidad de explicar qué es lo que sucede, tornando las cosas en una especie de “Señor de las Moscas” (1963/1990) pero en medio de la civilización.
Tomando el frente de esto se encuentra la Sra. Carmody (Marcia Gay Harden), una fanática religiosa con ciertos signos de psicosis a la que la gente local conoce como “la loca del pueblo”.
Si bien la película es protagonizada por Thomas Jane, y siendo su performance más que efectiva para el rol, tampoco es algo que resalte particularmente de los otros personajes. Su situación es la de un padre de familia desesperado por sacar de allí a su hijo y nada parece detenerlo.
La película la roba Marcia Gay Harden, muy a pesar de algunos espectadores, ya que su rol consiste básicamente en hacer enojar a la audiencia con sus interminables diatribas religiosas. Y he aquí lo que sucede: Lo logra magistralmente. Este no es un espacio para hablar de convicciones religiosas, así que lo mantendré corto: Tanto si crees como si no crees, la Sra. Carmody te va a llegar hasta las entrañas; personalmente despertó en mi un odio gutural que solo puedo atribuir a la personalidad del personaje y sus palabras que lindan en lo psicótico; y esto, Gay Harden lo logra a través de una impecable actuación.
La fotografía, proporcionada por Michael Applebaum no es nada del otro mundo, y los efectos de iluminación tampoco cuentan más de lo que precisan, simplemente otorgan a la historia su complemento justo. Ahora bien, los efectos especiales a manos de CafeFX funcionan efectivamente en complemento con su personaje real principal: La niebla.
Los monstruos que habitan en ella son desagradables, lindando en lo realista, lo que (fuera de los bichos más grandes) agranda la sensación de que algo así pueda realmente suceder, pero lo realmente grandioso de la película no se encuentra en sus efectos.
Si en la relación que todos los personajes mantienen con la Niebla, como dije previamente, la sensación de claustrofobia y ansiedad que transmiten es tangible, y la tensión puede sentirse en la misma sala de proyección. El dramatismo de la historia culmina en el fuerte y climático final, que difiere del final de la novela. Sin embargo, el mismo King ha dicho que esta muy satisfecho con los minutos finales de “The Mist” y que ojalá a él se le hubiera ocurrido antes.
Con 126 minutos justos, esta película entretiene desde el principio y te mantiene sobre el borde del asiento expectante, en medio del desconocimiento, jugando con el espectador como si fuera uno más de los que se encuentran dentro del mercado, esperando la muerte o el deseo de salir de allí lo mas rápido posible.
Veredicto: RECOMENDABLE
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