Y es así que llegamos a "Shrek por siempre", o "Shrek 4". Una nueva historia de amor para creer en uno mismo sin importar las apariencias. Este Shrek nos presenta lo que podría comprenderse como una realidad alterna, donde el deseo perseguido por el ogro verde es tener un día para si mismo sin preocuparse por su achanchada realidad como padre y estrella de Muy Muy Lejano.
Un escenario exacto al de Jimmy Stewart en la peli de Capra, "Que bello es vivir", y rehecho mil veces por mil películas distintas.
Rumpelstiltskin (en la voz de un tal Walt Dohrn, ignoto escritor que colaboró en las peliculas de Shrek y escribió varias historias para "El Laboratorio de Dexter" y "Bob Esponja") es el nuevo villano en esta última presentación, lo que le aporta cierta frescura a la serie.
Pero, a su pesar, Shrek no captura como solía hacerlo, y el deterioro de ideas y personajes es evidente en las distintas entregas de la saga.
Como una comedia romántica para niños y adultos, uno espera que Shrek aporte más que comedia escatológica, recursos reciclados y los mismos personajes de siempre pero reinventados en una trama intrascendente. Y es curioso, porque hay mucha risa, comedia y romance, pero uno termina de ver la película sintiendose en un de ja vu carente de muchas de las cosas que hicieron grandes a las otras películas. Falta la música, que ninsiquiera el Flautista de Hamelin al mejor estilo Jethro Tull logra reemplazar. Faltan referencias a la cultura pop y al público adulto para que este logre salir de la sala sintiendo que valió la pena. Faltan personajes memorables y situaciones verdaderamente comprometedoras y creativas en las que nos interese ver a Shrek.
Lo curioso es que ni el director ni los escritores de la historia de "Shrek 4" han tenido relación directa alguna para con las otras películas de Shrek, por lo que las leves sospechas se transforman en un dato concreto: La búsqueda de la similitud a las historias anteriores de Shrek y su estilo no son una coincidencia, nisiquiera son los mismos creadores los que copian las propias ideas que supieron producir en algun momento. Se trata de escritores y directores cuyas credenciales son por demás chistosas (y no en el buen sentido) a los que de alguna forma le cayó un gigantesco nombre del cielo. Este nombre significa una chapa importante para la audiencia, pero no quiere decir que solo por tener "Shrek" de nombre, la película podrá mantenerse en el tiempo.
Lo concreto es que, ordeñando su vaca de oro hasta el último momento, Dreamworks produce hastío más que una propuesta concreta y llena de ese buen corazón que caracterizó las previas aventuras en Muy Muy Lejano. El único sentimiento concreto con el que me fuí ha sido que por fin dejarán descansar en paz al ogro verde, y también a su ya gastada franquicia.
Tampoco es terrible: si tienen hijos, lograrán distraerse durante una buena hora y media. Si gustan de la animación, la proesa técnica y la calidad que ha puesto el estudio en la física de los personajes es impresionante, pero técnicamente se encuentran con tecnología vencida, un requisito indispensable para mantener el carisma de los personajes, pero que cuesta competitividad si no fuera por la gran "S" con el que venden la película.
Si desean una historia sencilla y con una moraleja evidente y literal, aquí la encontrarán. Pero no esperen recordar la cuatrilogía de Shrek como un evento memorable en el cine de animación moderno. Parece que el ogro verde ha vivido ya demasiado.
Veredicto: Alquilable